viernes, 29 de enero de 2010

GRACIAS A ELLAS

Este artículo va dedicado a todas las mujeres, madres, hijas, novias, esposas, amigas, hermanas... etc. Para las que engendran cofrades, para las que hacen las túnicas, las planchan, se tiran corriendo horas para ver a su familia en la procesión, para las que echan horas extra en la caseta guisando, atendiendo la barra para ayudar a sus hombres, para las que pasan horas solas, porque sus hombre tienen reunión cofrade, ensayo o gira de la banda, las que sus hijos, maridos, novios están debajo de un paso ensayando, los que montan los pasos, ponen las flores, escriben artículos van a los conciertos, charlas, pregones, o hacen fotos. Para todas ellas las más sinceras GRACIAS; sí, gracias, por hacer posible la Semana Santa, ellas están en un segundo plano, pero están ahí dando su apoyo, ayuda, y, por qué no decirlo, sufren algún que otro disgusto provocado por la ausencia de sus hombres, ellas están ahí, no lo olvidéis. Se ha escrito mucho de la Semana Santa, y de hombres relacionados con ella, pero aún no había visto algún artículo relacionado con las mujeres y tal vez aunque hoy en día se van integrando de una forma más activa, siempre han estado ahí, pero no nos hemos fijado, solo nos hemos fijado en las mantillas, en el traje del Domingo de Ramos, en algún bordado que ha hecho fulanita de tal... Para todas las mujeres que tienen a su lado algún tipo de tonto de capirote (tonto de procesión, tertulias, trípode, pregones, costaleros, bandas... ) No decaigáis. ¡Ánimo! Pensad que sois una pieza fundamental en la Semana Santa, y si no os gusta es un sacrificio que se puede ofrecer a Dios. Al fin y al cabo nuestros “tontos de capirote” trabajan y hacen todo esto por Dios y Su Madre. Mejor que estén con Dios que “Dios sabe donde”. Son muchas las experiencias propias y ajenas que conozco, y no creo que sea buena idea contarlas todas, pues va a parecer uno de esos programas rosa, pero ¿quién no tiene alguna que otra anécdota?. Cuántos hombres se emocionaron al ver a sus hijos vestidos con esa túnica de la cofradía, y fue mamá quien la hizo. Sí, esa mamá que engendró a un cofrade (vino al mundo sin capirote puesto y sin trompeta, menos mal). Lo crió y vio como ese pequeño tocaba el tambor con unos palillos de los zapatos y un antiguo tambor de detergente. Pues ese pequeño ya es un hombre. Un hombre muy relacionado con la Semana Santa, porque es hermano mayor, pertenece a una Junta de Gobierno, se dedica a montar los pasos, viste las imágenes, hace fotos y no sabe donde las va a almacenar, le gustan los vídeos y también las colecciones, le gusta la música, tocando, y ya no son los palillos de los zapatos o la trompeta de plástico de los Carrillos. Ahora viene hecho un pollo sudando con fragancia “Sobaco costalero”, seguro que alguna de estas cosas hacen vuestros hombres, o varias, en días distintos claro. Recuerdo una mujer que le dijo a otra la suerte que tenía, pues a su marido le gustara la Semana Santa, que era una semana nada más. Qué lejos estaba aquella mujer de la realidad, para los que les gusta la Semana Santa, esta dura meses o todo el año. Hay quien piensa que sus maridos pasan de ellas porque las absorbe su “tontura semanasantera” pero seguro que no es así, ellos necesitan un “vicio” menor y mejor que sea éste. Para sobrellevar esta carga cofradiera, os daré algunos consejos de gran sufridora de los “tontos de capirote”: 1. “Si no puedes con el enemigo, únete a él”. Pues eso, acompañad a vuestros hombres, pero no sólo el día del pregón, bien guapas... a los demás actos también, ellos lo agradecerán. 2. Déjale escuchar sus marchas semanasanteras aunque sea agosto y si tiene algún vídeo también. En caso de mono, no es bueno desengancharlo de repente, el síndrome de abstinencia puede tener graves consecuencias. Pero ¡cuidado! Si ves que el canario silba marchas de Semana Santa, el caso ya es grave. 3. Sorpréndelo con algún libro, CD, de Semana Santa. Y ¿por qué no? Colonia de esencia de incienso, se sentirá como en sus mejores días. 4. Déjale un rincón cofrade para él en la casa, pero cuidado, puede llegar a invadirlo todo y ser un museo en lugar de un rincón. Conozco el caso de algunos que tenían su propia capillita con sus santos y hasta le hacían sus triduos, novenas, con incienso, altar de cultos, marchas. Vamos, todo un acontecimiento cofrade en la misma casa. A veces, a falta de imágenes de talla, utilizaban alguna que otra muñeca del mercado bien ataviada según el tiempo litúrgico. Y los hay peores, créanme... los que necesitaban toda una habitación para montar sus maquetas de Semana Santa. 5. Asociarnos entre nosotras, para apoyarnos y darnos ideas mutuamente para sobrellevar nuestra penitencia personal. 6. Si el caso es grave, apuntarlo en COFRADES ANÓNIMOS, grupo de desintoxicación cofrade (próxima apertura por la gran recogida de firmas en todo el territorio español, sobre todo en la parte Sur). Espero que este artículo sirva para que todos os deis cuenta del apoyo pasivo que realizan las mujeres por la Semana Santa, muchas veces desapercibido, que consiste en apoyar a sus “tontos de capirote”. Gracias a todas. * “Un tonto... es una expresión coloquial que designa el estado en el que nos encontramos cuando algo nos absorbe hasta el límite de nuestra personalidad”. Del libro “Tontos de Capirote” de Francisco Robles, p 24.

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